lunes, 7 de enero de 2013

LA PARADA, qué viene después


LA PARADA, qué viene después

Por Arq Urb Manuel Zubiate,    
URVIA/Arquitectura, Urbanismo, Consultoría  





Se llevo a cabo la salida de vendedores mayoristas de La Parada con una violencia, que no vamos a comentar, pero que ha podido evitarse o minimizarse  habiendo tiempo para ello.  Se trata una vez más de la famosa  “crónica de una muerte anunciada”, de Gabriel García Márquez que por enésima vez se produce en nuestro país.

 Hace muchos años estamos comentando y realizando propuestas para el complejo Gamarra y su espacio inmediato, cual es La Parada y los barrios colindantes.  Pero parece imposible obtener la atención de autoridades edilicias para poder concretar planes integrales de regeneración urbana que, de existir, hubieran podido evitar un atropellamiento de decisiones, que se dramatiza no solo de la tragedia que nos ha conmovido a todos - sino y sobretodo - en la ausencia de un plan a futuro para toda el área.  Insistimos, en que la llave del desarrollo de la zona la tienen los alcaldes de Lima Metropolitana y de La Victoria, pues ellos toman la decisión política en el dominio urbano. Necesariamente tengo que referirme a nuestro reciente artículo del pasado mes de julio en el número  76 de esta revista y otros más en meses anteriores, en donde, señalamos la necesidad de plantear un plan de múltiples acciones con uno o varios proyectos en el terreno de La Parada que ilustramos con unos gráficos que ilustran una visión del lugar. 

 Y este barrio de Lima, no es el único que merece atención preferencial, allí tenemos esperando decisiones, el barrio de Los Barracones de Callao de donde posiblemente salieron varios de los vándalos de la asonada pasada, el barrio de Ate  alrededor del nuevo Mercado Mayorista de Santa Anita en donde de no haber una acción municipal aparecerán las deformaciones urbanas semejantes  a La Parada, Lima Norte que se ha desarrollado sumando y sumando centros comerciales, el incómodo centro comercial en la avenida Pachacutec por donde trascurre el tren eléctrico. Ello por mencionar los más relevantes barrios en los cuatro puntos cardinales de Lima periférica.  Todos ellos tienen un enorme potencial para un desarrollo adecuado, y en todos ellos hemos tratado infructuosamente de llamar la atención de los alcaldes de turno y/o presidente de la región, con sendas propuestas y lineamientos de actuación, pero es evidente que el corto plazo, el oportunismo y el controlismo reactivo son las características congénitas de las actuaciones públicas en los espacios públicos.  Me cabe mencionar la honrosa excepción de la actual administración municipal de La Victoria que está prestando atención al tema desde una mayor perspectiva producto de una mayor cultura urbanística, y la actual administración de Lima Metropolitana que ha tomado la decisión de enfrentar el problema.

 Sobre el área de Gamarra y alrededores organizamos el 1er Taller Internacional de Diseño Urbano de 1998 con la participación de académicos de Oxford y varios académicos peruanos de la Facultad de Arquitectura de la UNI, en donde se levantó información de campo y se dieron varios lineamientos para el complejo Gamarra que fueron expuestos ante el que fuera futuro alcalde de La Victoria, y ante a varias gerencias de la Municipalidad Provincial.  Desde allí y al año siguiente al taller, el alcalde actuó también con la policía para expulsar vendedores para luego cercar las calles centrales concentrando la seguridad en ellas, pero sin una mayor proyección para todo el entorno de Gamarra ni del Mercado Mayorista que fue precisamente la conclusión central del taller.  

 La experiencia académica se repitió 3 veces más en Lima en otros lugares problema, tal como el Callao, con resultados interesantes pero igualmente sin toma de decisión política. 

 Sin embargo, se trabajaron dos talleres adicionales, que bien enmarcados dentro de un trabajo en marcha tuvieron importante influencia.   Fue el caso, de la experiencia de nuestro grupo de trabajo  en la ciudad de Guayaquil, Ecuador, que es sumamente relevante, pues allí, bajo una decisión política del alcalde León Febres Cordero, paralelamente a la construcción del Malecón 2000 y sus edificaciones, la Municipalidad del Guayas, remodeló y trabajó con la difícil comunidad del cerro Santa Ana, integrándola totalmente a la vida urbana, hasta el punto de convertirla en parte del circuito del malecón.    Las características sociales del Cerro Santa Ana eran muy parecidas a nuestro cerro San Cosme o El Agustino, aunque por cierto sin el extremo agudo, era totalmente inseguro visitarlo y por ello se planteó la necesidad de definir un área de “regeneración urbana” en el borde del rio que en diversas etapas fue extendiéndose a las diversas zonas del centro bajo la gerencia eficiente del ingeniero peruano Gustavo Jacobs. Cualquiera que visite el conjunto podrá apreciar la convivencia de la comunidad residente, los visitantes, con su infraestructura: el museo de arqueología y arte contemporáneo de 10,000 m2 y las facilidades de distracción.

Para ir más lejos, basta revisar las múltiples áreas de regeneración urbana en el mundo desarrollado y en vías de desarrollo, con una legalidad desarrollada y mecanismos ya puestos en prueba.  Entre ellos, el excelente trabajo en la ciudad de Medellín, Colombia.

Por ello, con conocimiento de causa, podemos afirmar que sí es posible una regeneración urbana de la zona que rodea La Parada que incluya el cerro San Cosme y para lograr ello debería tenerse una estrategia conducente a lograr ese fin  ¿qué debería suceder a partir de la salida del mercado mayorista?

Una buena gestión que se acompañe por un organismo autónomo con presupuesto para que las decisiones sean ágiles, una visión de hacia dónde se va a dirigir el desarrollo del área con resultados esperados que no se limite  a repetir los clásicos clichés.  Un buen proyecto urbanístico y  definición de las funciones claves que sean estratégicas para la zona.  Dentro de ellos no se encuentra un parque con una estación de policía únicamente, pues la presión de la delincuencia va a transformar el espacio vacío en un campo de entrenamiento para la policía en vez de un espacio de desarrollo estratégico de la zona.  Lima tiene aquí otra gran posibilidad y esperamos que las autoridades estén a la altura necesaria.

 

 

 

El Símbolo Shaka - Significado

El Símbolo Shaka - Significado


 

Cualquiera que haya visitado las islas de Hawaii, sin duda alguna vio el famoso gesto con la mano asociado con el saludo “¡shaka, brah!”. Un signo shaka - el saludo inconfundible con el dedo meñique y el pulgar - es un símbolo de aloha y forma parte de la cultura local de Hawaii. Se interpreta como “tómalo con calma” o “excelente”, el shaka es un recordatorio constante que en Hawaii no es una norma el apurarse o preocuparse. El símbolo shaka representa el “estilo de la isla”. Representa que todo está muy bien.
Desde los surfistas y los keiki (niños) hasta los cajeros y los presentadores de noticias, el signo shaka es universal en las islas. Use el símbolo shaka donde y cuando quiera expresar un poco de aloha, agradezca que lo dejen pasar cuando se encuentra manejando, o acompañe un aloha de bienvenida o despedida. El signo shaka es más que una comunicación no verbal. Cuando lo usa, acepta el concepto verdadero de aloha y participa en el sinérgico latido del corazón de Hawaii.


Los Orígenes del Shaka
Hay un gran debate acerca del origen del shaka, a pesar de que la mayoría concuerda en que sus raíces lo conectan con el surf y la cultura de la playa. Una de las versiones cuenta que el shaka fue usado por primera vez en la década de 1940 como símbolo de bendición por un héroe popular hawaiano llamado Hamana Kalili de Laie, a quien le faltaban los tres dedos del medio de su mano derecha debido a un incidente en un molino de azúcar.  
 
El shaka es una simple pero poderosa manera de recordar a los locales y a los turistas la manera en la que los isleños cuidan a los demás en Hawaii. También es una forma de esforzarse para esparcir aloha todos los días y mantener el principio hawaiano de malama i kekahi i kekahi – cuida a uno, cuida a todos.