POSTALES DE GAMARRA
Por Arq MANUEL ZUBIATE
Preguntaría a los amables lectores si se han imaginado alguna vez a Gamarra incluida dentro de las postales que circulan sobre Lima y que ellas constituyan “souvenirs” intercambiables entre turistas y visitantes de todos lados y que, a la vez, ellas se cuelguen en las páginas que promocionan Gamarra en Internet como un gran centro comercial de Lima. ¿Qué se mostraría ahora? ¿Las actuales calles, la publicidad, las inexistentes facilidades de bancas y árboles? ¿Las paredes despintadas o no terminadas? No es difícil imaginarse que fotógrafos y publicistas tendrían que hacer maravillas para que Gamarra luzca merecidamente en ellas o simplemente tendrían que concentrar sus cámaras en algunos puntos o en un “close up” del propio público. No tengo que responder ello, pero si le trasladaría la pregunta a comerciantes y promotores. Lo que sí puedo afirmar ante esta pregunta aparentemente banal es que facilita ver el “vaso de agua” desde afuera y también ayuda a extender el significado de la mera imagen de Gamarra como parte de las grandes ofertas de Lima Metropolitana. Por ahora y luego de varias décadas, Gamarra se menciona casi en voz baja y no llega a constituir un ícono de la ciudad con una imagen vendible.
Una de las revoluciones del mundo comercial lo ha generado la técnica del “marketing” como resultado dirige el diseño general del producto, su forma, su empaquetado, su imagen que lo posicionan en el imaginario colectivo. Más aun, si hacemos un repaso de grandes marcas, ellas en una tendencia reciente, promocionan no el producto en sí, sino formas, estilos de vida y valores que se generan al consumir el producto. Gamarra debe extender la promoción de sus productos hacia aquello que tiene a la mano y es un freno para su sostenibilidad, cual es, la calle misma, el barrio, la seguridad, la estética extensiva del diseño textil al diseño del espacio urbano mismo. Si se pudiese concretar ello en postales atractivas de lo que significa comprar en Gamarra se estaría en camino, propongo, de competir con los grandes retos del futuro inmediato, léase, mejorar sustancialmente el espacio público de Gamarra. Otros puntos de Lima ya dan el ejemplo: la calle Dasso de San Isidro que elevó su potencial y constituye una alternativa más rica que aquella limitada dentro del ámbito cerrado de un Centro Comercial. Las avenidas Larco y Diagonal de Miraflores han mantenido con algunas inversiones municipales la calidad y oferta variada de su espacio que retiene población todo el tiempo. La mejora sustancial del espacio público de la Alameda Chabuca Granda en el Centro de Lima es otro ejemplo digno de comentar.
¿Qué caminos existen para entrar en las postales? Hasta ahora ha sido determinante la dificultad de acceso masivo a Gamarra, el estrangulamiento del tránsito, la falta de estacionamientos, que combinados con los altos índices de venta y movimiento de dinero son el caldo de cultivo ideal para la acción delincuencial. En otras palabras: mover dinero a espaldas de la gran ciudad es una tentación para delincuentes. Por ello un gran paso es el próximo funcionamiento del Tren Eléctrico, que se presenta como oportunidad que proviene de los recursos del gobierno central. De sumarse a ello los recursos de los propios promotores y comerciantes de Gamarra y la acción de la municipalidad, Gamarra tiene ante si otra oportunidad más.
En artículos anteriores nos hemos referido a la necesidad de que el complejo Gamarra eleve su calidad urbanística para poder competir con los grandes Centros Comerciales, principalmente los situados en los barrios periféricos de Lima. Entre ellas, la introducción de nuevos tipo de actividades comerciales complementarias y alternativas al comercio especializado que sería muy positivo para esas propias actividades tal como lo demuestran los centros comerciales que retienen y dar mayor diversidad de actividades al público visitante de todas las edades y gustos. También que una de las barreras para introducir diversidad de funciones es el alto precio del terreno, que sobrepasa los 5,000 dólares el metro cuadrado y que empuja a continuar con la especialización en venta de textiles de todo tipo. Finalmente quiero volver a mencionar la “espada de Damocles” que pende sobre todo el complejo, cual es, el peligro de que - debido a su propio éxito comercial, su excesiva especialización, peligro de los alrededores y la evidente dejadez de los aspectos urbanos e imagen - se inicie una caída de visitantes que arrastre precios y desbalance de valores inmobiliarios. Este fenómeno – que sería fatal no solo para Gamarra sinó para todo este sector de La Victoria y la vecina San Cosme - ya ha sucedido en otras partes.
La re-introducción en lo posible de nuevas viviendas sería ideal, al menos en las calles cercanas al complejo. Pero ello debería necesariamente acompañarse por un trabajo social con las familias que allí permanecen a la vez que con programas de mejoramiento de vivienda. Resulta una terrible paradoja que al costado de terrenos de semejante valor existan viviendas insalubres, tugurios y familias marginales a la actividad que allí se desenvuelve día a día
Al presionar el precio del terreno hacia el negocio exclusivamente textil existen dos grandes caminos rumbo a la mejora sustancial del complejo: la mencionada redirección hacia actividades complementarias liderada por los propios promotores textiles con inversiones laterales y por otro lado, la mejora del espacio público urbano que incluye el ámbito privado y el ámbito público. El primero incluye la mejora integral de todos los exteriores de los edificios en su presentación física, entre ellos, el completar, tarrajear y pintar no solo las fachadas principales de los edificios sino también las paredes laterales, es decir, aquellas que no se sitúan al frente mismo de la calle. El avisaje y propaganda con mayor regulación y de mejor calidad. Con ello se estaría en camino de aparecer en algunas postales y algunas imágenes para Internet.
En el ámbito público y bajo administración municipal debe haber una mejora sustancial de las calles. Si bien, Gamarra tiene problemas de accesibilidad desde otros puntos de Lima, internamente su trazado en retícula permite una fluidez del recorrido peatonal y la integración de unos frentes comerciales con otros. A la vez las calles son convenientemente anchas y hacen evidente que el mantenimiento mínimo de ellas no es suficiente y que ellas requieren complementos tales como arborización total, amueblamiento urbano, discriminación de los carriles por donde se mueve la carga interna respecto a la circulación de peatones. La convivencia entre ambas circulaciones es hasta pintoresca siempre y cuando se realice en forma ordenada y aquí tenemos otra postal ilustrada. Deberían existir vehículos eléctricos abiertos de baja velocidad con circuitos definidos al igual que se emplea en algunos parque de Lima que serían además de sostenibles económicamente, la imagen de las postales más apreciadas y divertidas.
La mayor accesibilidad que producirá la apertura del tren eléctrico debe acompañarse por la fluidez del tránsito en la vía de superficie. Sería muy negativo mantener las actividades comerciales informales en la vía de superficie pues restringiría el flujo vehicular. El arribo al paradero de una Avenida Aviación remodelada, arborizada y con una señalización que indique las principales áreas especialidades del complejo incluyendo nuevos restaurantes, juegos de niños y programación de actividades culturales, paraderos de buses eléctricos de superficie es una Visión que necesariamente debería verse reflejada en otras postales.
Especialmente importante va a ser la nueva función del terreno que deje el actual mercado mayorista luego de su traslado a Santa Anita y acá está la oportunidad para generar una gran espacio central para actividades al aire libre a la que nos referiremos en próximos artículos y que será el modelo para una postal del gran espacio de Gamarra del futuro inmediato.