GAMARRA: EL GRAN DESAFIO

GAMARRA: EL GRAN DESAFIO

Producida la crisis financiera mundial de Octubre del 2008, las principales economías del mundo alertaron sobre las medidas proteccionistas. Era lógico pensar que ante una gravísima recesión mundial los países buscarían cerrar sus mercados en un intento de proteger su industria manufacturera. Sin embargo Perú firmaba en un tiempo record un tratado de libre comercio con la república China.

Así como los deportes tienen sus estadios donde se desarrollan las competencias, en el distrito de la Victoria se encuentran compitiendo en un espacio de 40 cuadras unas 145 galerías, donde funcionan alrededor de 20,000 empresas que dan empleo a cerca de 150,000 personas.

En los casi más de 40 años que he trabajado con empresarios de Gamarra vendiéndoles telas de tejido plano, he visto al pequeño empresario enfrentar diversos escenarios de competencia, pasar de una economía cerrada informal e inflacionaria, a una de apertura de mercados o globalización. Esta ha permitido el ingreso masivo de manufacturas que plantean la sobrevivencia no sólo del sector textil, sino de amplios sectores manufactureros especialmente de pequeñas y medianas empresas.

Creo que existe confusión respecto al verdadero negocio que significa haber firmando un TLC con China. La gran mayoría de empresarios consultados no sabe que las confecciones, calzado y plásticos no están incluidos en el tratado. ¿Entonces cuál es el peligro?, De las exportaciones peruanas a China más del 90% son minerales y harina de pescado que no necesitan desgravación arancelaria para entrar a ese país y sólo un pequeño porcentaje lo constituyen productos marinos y algo de agro industria; sin embargo la China nos vende 100% de manufacturas. En términos de empleo ésta vende manufactura por $ 4,500 millones al Perú y el Perú le vende algo menos de $ 250 millones. China ha sido notablemente favorecida. Sin embargo, debe precisarse que el TLC que han negociado comprende tres ámbitos: el comercio de mercancías, el comercio de servicios y las inversiones. Mal negocio el primero.

El Perú debe buscar en el largo plazo romper el viejo esquema de ser una economía primario exportadora a una economía exportadora. Regalar la industria manufacturera nos pone en riesgo que pasado el boom de precios de nuestros minerales nos quede un país solo de comerciantes, y que mas de 3,000,000.000 (tres millones de personas), se queden sin trabajo, ya estas constituyen las MYPES del Perú, a la que tanto tratan de formalizar lasa autoridades del MINTRA, MEF, PRODUCE, para que tengan acceso al crédito y paguen impuestos, estas entidades no saben que el costo de formalizarse, es gastar el capital de trabajo con el que ellos trabajan, por el pago de licencias de funcionamiento, costo de inspección de Defensa Civil, minuta, gastos notariales e inscripción en los Registros Públicos los cuales pueden llegar a S/. 680.00.

Sin embargo el mayor riesgo con la firma del TLC más que la desgravación arancelaria está en la renuncia expresa que el Perú ha hecho a su derecho de aplicar las disposiciones 15 y 16 del protocolo de adhesión de China a la OMC, y el articulo 242 del informe del grupo de trabajo sobre el ingreso de china a la OMC. Estas medidas de defensa contra el dumping y la aplicación de salvaguardias así como la posibilidad de aplicar cuotas de importación resultarán en un camino costoso, extenso y complicado.

Así mismo los empresarios de Gamarra, hemos denunciado reiterativamente la subvaluación de las importaciones Chinas; éstas se han dado con niveles de escándalo nunca antes visto. Hemos analizado como ejemplo un grupo de cinco importadores que importaron el 2009 un total de 26 millones de prendas, con un peso de 800,000 kilos y un valor de $ 1’400.000 (un millón cuatrocientos mil dólares). Si la materia prima insumida vale $ 2.30 el kilo, sólo en algodón se gasto $ 1,8400.000.00 Es evidente el indicio del delito denunciado hace mas de un año sin haber obtenido repuesta alguna.

Finalmente Gamarra es el cluster más importante de América Latina. Se diferencia del resto por ser productor, por su oferta diversificada, por los miles de talleres que crean moda y por sus precios competitivos. Sus desafíos no sólo los encuentra en el comercio ventajista y desleal, sino en su falta de visión corporativa, y que si siguen entrando prendas chinas subvaluadas, tendremos que cerrar los talleres de confección así como los que venden telas e insumos para las confecciones, y dedicarnos a otra cosa o en el futuro se verá a Gamarra vendiendo ropa china, en consecuencia se perderán miles y miles puestos de trabajo.

Un emporio tan importante que nació sin planificación y creció a la deriva, sin administración ni gerencia, ha visto proliferar en todo el Perú los centros comerciales privados, que ofrecen a este nuevo consumidor “aspiracional” servicios de categoría, donde además de comprar se acude por recreación, en busca de estatus, marcas, patios de comida, acceso vial, tarjetas de crédito( este es el negocio de las tiendas por departamentos hoy el 90% de los peruanos, están endeudados en 20 veces lo que ganan mensualmente y solo pagan los intereses de sus deudas por estas tarjetas de crédito), estacionamiento, seguridad y servicios higiénicos limpios.

La competencia es despiadada, en los próximos 2 años se construirán en el Perú 24 nuevos centros comerciales, disputándose todos ellos las preferencias de los consumidores, y en ellos se venderán artículos de la China (ropa, calzado, plástico y metal mecánicos), El desafío que se plantea a Gamarra obliga a sus empresarios a institucionalizarse, a desarrollar infraestructura, a conciliar intereses, a comunicarse y dejar de lado los protagonismos y caudillismo que tanto daño le han hecho.

Al gobierno no le pedimos proteccionismo, la competencia es y será el combustible para la innovación permanente, pero competencia leal, no delictiva. Lo que es impostergable y no depende de nosotros es garantizar la seguridad para que los empresarios y clientes tengan todas las garantías en sus accesos de entrada y salida. Esto es urgente para afrontar la competencia que plantean los grandes centros comerciales así como la invasión asiática. Son motivos suficientes para buscar ésta unión.

Guillermo de Vivanco