En la mayoría de las economías desarrolladas, la conducta de consumo antes de la recesión fue producto de más de 15 años de prosperidad ininterrumpida. Desde 1995 hasta el 2005, los ingresos reales disponibles aumentaron un tercio en Estados Unidos, mientras que en el Reino Unido, Suecia y Dinamarca crecieron un cuarto. Incluso, en economías como Japón y Alemania, que crecieron más lentamente, subieron casi 10%.
Ese panorama económico tuvo un profundo impacto. Los consumidores podían darse el lujo de ser curiosos respecto de nuevos aparatos y tecnologías, pagar por experiencias más enriquecedoras (o solo divertidas) y darse gustos con productos premium.
Más que ponerle término a esta fiesta, la recesión hizo que pusieran los pies en la tierra. Hemos identificado ocho que creemos se verán sustancialmente afectadas por esta recesión. Las crisis determinan el consumo durante décadas
La economía es impredecible y los consumidores son inconstantes. No obstante, estamos confiados en que las trayectorias de las tendencias que describimos aquí se confirmarán, y con implicancias importantes para los ejecutivos de márketing. En particular, creemos que el conjunto de consumidores que están cumpliendo la mayoría de edad en esta recesión, al igual que sus bisabuelos que vivieron durante la Gran Depresión, llevarán consigo durante toda su vida las actitudes y conductas que adquieran en esta crisis. Es posible que algunos consumidores vuelvan a los patrones de consumo de la época del “boom” en las próximas décadas, pero es perfectamente posible que millones de las personas que están ingresando a esta recesión con menos de 35 años sigan siendo consumidores verdes pero volubles, ahorrativos, que buscan la simplicidad y que exigirán a las empresas estándares muy altos. Sería prudente prepararse para ofrecerles lo que quieren.
Incertidumbre en mercados internacionales
Es necesario que el gobierno actúe con prudencia y equilibrio frente al futuro económico del país y las cifras del primer trimestre no debería llevarnos a un exceso de confianza, ni a minimizar la importancia de la crisis fiscal en la Unión Europea.
No se trata de ser optimistas ni pesimistas; tampoco se trata de un concurso de pronósticos, sino que la economía peruana basa su solidez tanto en el mercado interno como en el externo, por lo que al haberse caído el mercado externo, por la crisis del año pasado, el Perú quedó cerca de la recesión. Según el BCR, el crecimiento del PBI en el primer trimestre del año se sustenta solamente en el mercado interno mientras que el aporte de las exportaciones es nulo, por eso, podemos decir que estamos en una situación más frágil de la que teníamos en agosto del 2008.
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