domingo, 7 de abril de 2013

“No encuentro ninguna lógica entre lo que pedían los que me demandaron y el fallo del juez”

Susana Villarán. Primera alcaldesa de Lima elegida con el voto popular, ex ministra de la Mujer durante el gobierno transitorio de Valentín Paniagua, ex defensora de la Policía del Ministerio del Interior, lideresa de Fuerza Social y ex comisionada en la Comisión Interamericana de DDHH.
Texto. Ana Núñez.
Foto: Ana Castañeda.
Susana Villarán

duerme poco y no solo últimamente. Ha perdido varios kilos –más de 14, dicen algunos de sus amigos–, pero no la sonrisa. Parece estar destinada a estar batallando mientras esté sentada en el hermoso sillón de su despacho en la municipalidad capitalina. “Lima es una caja de Pandora –dice–, y como tal –agrega– todo el tiempo me sorprende, tanto por sus cosas buenas como por sus exabruptos”.

Aún vivimos la resaca del proceso de revocación y su gestión atraviesa por una nueva tormenta por el caso de La Parada. Lima no le da respiro, alcaldesa...
No, yo me siento muy bien, con mucha paz interior, con una gran serenidad, y siento que en esta batalla –que es parte de una guerra que nosotros no declaramos– hemos estado a la altura de lo que Lima nos pedía: no dejar que se la divida. Hemos triunfado en una batalla que también nos deja bajas, como es el caso de los regidores, que ya no nos van a acompañar, pero mantendremos la continuidad de un proyecto de una Lima para todos sin permitirle el paso al sobresalto de quienes querían hacer de la revocatoria un trampolín para sus intereses mezquinos. Pero, evidentemente, parece que acá hay una guerra, y lo que hemos ganado es solo una batalla...
Entonces, la guerra continúa...
Parece, parece... No por mi gusto, no por nuestro interés. Nosotros queremos que Lima viva en paz, que sea una ciudad que viva con la calma, la serenidad y el orden que todos reclamamos. Yo quiero, y creo que todos queremos, que esta sea una ciudad donde se pueda respirar tranquilamente.
¿Quién le ha declarado la guerra?
Bueno, hoy día tenemos este fallo, que yo he considerado que es un sabotaje a la ciudad, de un juez penal que ha pervertido el sentido del hábeas corpus por completo y que ha traído a su fallo una serie de decisiones que, de cumplirse, van a ser profundamente dañinas para el avance y el ordenamiento de la ciudad, en este caso del comercio mayorista de alimentos, que es uno de los grandes temas que tenía pendiente la ciudad por más de 40 años. Esos son los intereses de quienes se resisten al cambio en la ciudad.
¿Son los mismos intereses que estuvieron detrás de la revocatoria?
Así es... Por ejemplo, durante el proceso de revocatoria hemos visto que había algunos sectores de transportistas que se oponen a una reforma del transporte que ya está en curso, o sea, que ya tiene todas las normas, que ya está en el proceso de ventas de las bases de licitación. Esos son los intereses que están detrás con el apoyo de algunos partidos que se han revelado ellos mismos durante estos meses.
No la lograron revocar, pero las bajas para usted han sido importantes: Eduardo Zegarra, Marisa Glave y casi la totalidad de los regidores de Fuerza Social han sido revocados. ¿Esto debilita su gestión?
No, el proyecto de una Lima para todos está incólume. Nosotros tenemos una fuerza, que es la fuerza de la confluencia de Fuerza Social. Evidentemente, esta experiencia ganada en dos años por muchos líderes va a ser transferida y van a acompañar a quienes vendrían de confirmarse las proyecciones de la ONPe. Pero lo que es importante es que hemos ganado un espacio de concertación mucho más amplio para ese gobierno de ancha base que dará un nuevo rumbo a la ciudad y empujará con mucha más energía las grandes reformas que nuestra ciudad necesita.
Dijo Salomón Lerner, alguien que estuvo muy cerca de usted durante el proceso que buscó revocarla, que esta ha sido una de las etapas más duras de su vida política. ¿Es así?
Yo ya tengo 63 años y he vivido momentos muy duros en lo político a lo largo de mi vida.
Recuerdo el secuestro de mi hija Soledad por el Comando Rodrígo Franco; recuerdo –y quiero que lo pongas porque es parte de los momentos más duros que he vivido en mi vida– cuando siendo secretaria ejecutiva en la Coordinadora de Derechos Humanos, Gustavo Mohme Llona y yo, junto a otras personas, recibimos una corona fúnebre del Grupo Colina. Fue muy duro también enfrentar a Sendero Luminoso cuando fuimos a trabajar por las víctimas en el Alto Huallaga. Entonces, para mí, las piedras en el camino son parte de una opción de vida elegida con absoluta y total libertad. Y en esa vida ha habido momentos duros y momentos muy hermosos...
¿Y estos últimos meses han sido parte de esos momentos duros?
Sí, fue un momento duro, pero fue un momento que terminó muy bien para Susana Villarán, para la confluencia, para las fuerzas democráticas y, sobre todo, para Lima porque Lima no se detuvo.
Dicen que durante aquellos días estuvo tan acongojada que tenía que tomar pastillas para conciliar el sueño...
Nooo... Esas son leyendas urbanas. Yo duermo poco, pero duermo bien. Sí tomo flores de Bach y esas cuestiones homeopáticas porque yo soy una mujer bastante moderna y me gustan todas las nuevas formas de medicina alternativa.
¿Cómo la tiene ahora el fallo del juez Malzon Urbina, que permitiría el retorno de los comerciantes a La Parada, y que ha sido calificado de “cantinflesco” para abajo por ministros y regidores?
Yo respeto el razonamiento de todos los jueces y prefiero referirme a los temas sustantivos. Este es un fallo que va contra otros 13 fallos en los que se declara improcedente un hábeas corpus sobre la misma materia, contra diez amparos que también fueron declarados improcedentes, y contra dos investigaciones del Ministerio Público que también han sido archivadas. Es, además, extrañísimo que un juez asuma las tareas de Congreso de la República, de Tribunal Constitucional y del Jurado Nacional de Elecciones, en un fallo en el que le dicen “señor, queremos que nos garantice nuestra libertad de tránsito porque hay un reglaje... –ojo con ese término porque es uno que usa Sendero– y que nos impide andar libremente...”, y el juez se manda con todo.
El juez Malzon Urbina ha dicho que si hubiera querido la destituía, pero que ha respetado la voluntad popular. Al parecer, hasta tendría que darle las gracias.
Entre otras cosas que son muy graves, porque a mi juicio él ha cometido prevaricato y abuso de autoridad. Ya nos notificaron sobre el fallo (el jueves) y estamos entregando la apelación. En ella decimos que consideramos que es un fallo que distorsiona la figura del juez natural, porque entra en asuntos que tienen que ver con procesos que deberían darse en lo civil, como el tema de la donación del terreno, o si teníamos que usar una vía u otra para notificar a quienes están hoy dentro del ex Mercado Mayorista de La Parada. Ese es uno de los argumentos más fuertes.
¿Cuáles son los otros?
Para trabajar la figura que él ha elegido, respecto a que hemos incurrido en un trato discriminatorio, no se usa el hábeas corpus, sino la acción de amparo. El hábeas corpus está referido a la restricción de las libertades. Entonces, él no ha usado ni la vía civil ni la acción de amparo, ha dado a través del hábeas corpus una respuesta muy errática. No he encontrado ninguna lógica entre lo que pedían los que me demandaban a mí, al ministro del Interior, al presidente de la República y hasta la primera dama –porque todos ellos estamos contemplados dentro del hábeas corpus–, con el fallo que emite este juez. Por eso viola el principio del juez natural, viola el debido proceso y es un atentado contra el Estado de derecho, porque usurpa funciones que no le corresponden, al querer dejar sin efecto normas que tienen rango de ley en el ámbito de nuestra municipalidad.
¿Un juez no puede dejar sin efecto una ordenanza municipal?
Un juez no puede dejar sin efecto una ordenanza municipal, ese es el ámbito del fuero municipal y yo voy a defender el fuero municipal, voy a defender a Lima, y lo voy a hacer con el mismo empuje con el que tomamos la decisión –40 años después– de abrir el mercado Santa Anita. En este momento hay 672 comerciantes mayoristas que han rechazado unánime y contundentemente el fallo del juez Malzon Urbina La Torre y que han ratificado su decisión de permanecer en el gran Mercado Mayorista de Santa Anita.
¿Eso le garantiza que no haya un éxodo hacia La Parada desde el nuevo mercado en Santa Anita?
Así es. Adicionalmente, están con nosotros 20 organizaciones que reúnen a 2 mil comerciantes minoristas y que durante más de 25 o 30 años vendieron en las calles aledañas a La Parada y que hoy día irán a la Tierra Prometida, como ellos mismos han bautizado a un gran espacio de 40 mil metros cuadrados que está al frente del gran mercado mayorista de Santa Anita y que será un mercado municipal. La voluntad política de estos actores es muy importante. El Poder Judicial no tiene derecho de quitarles la seguridad jurídica a estos comerciantes a través de un fallo como el que ha emitido este juez. Creo que hay una unanimidad de Lima en rechazar este fallo.
¿Le preocupa que el presidente del Poder Judicial haya respaldado esta controversial resolución del juez Urbina?
Mira, yo respeto a Enrique Mendoza como presidente de la Corte Suprema. A mí no me sorprende que los jueces defiendan a los jueces, que hagan espíritu de cuerpo... Pero lo que sí está claro es que aún hay una segunda instancia que va a revisar este fallo. Yo espero que esa segunda instancia desestime este fallo y que lo deje sin efecto, porque es un despropósito enorme que pone en riesgo el futuro del comercio mayorista de alimentos en la ciudad de Lima, antepone el interés de un grupito frente al interés colectivo de toda la ciudad de Lima, y pone en riesgo el gran Parque del Migrante que se va a hacer en esta zona de la ciudad y donde queremos hacer no solo un lugar verde, como algunos piensan...
¿En qué consiste el proyecto, entonces, alcaldesa?
Tendremos un espacio que tendrá un polideportivo, habrá un centro médico para un lugar donde hay mucha tuberculosis, un complejo policial, lugares de diversión y de cultura, que es lo que se requiere ahí para prevenir la violencia en la que viven muchos jóvenes a los cuales, precisamente, no les damos otra oportunidad.
Entonces, defenderá su reforma hasta llegar a las últimas consecuencias...
Vamos a llegar a todas las instancias que la ley nos permita llegar con la firmeza que hay que tener, porque en estos casos nosotros no podemos permitir que un grupito de personas que no son ni pobres ni humildes como se quieren presentar, sino que tienen un gran proyecto para hacer un enorme edificio y que tienen padrinos en los congresistas... Esos señores no van a pasar. Si son mayoristas, tienen abiertas las puertas del Gran Mercado Mayorista de Santa Anita, que en tres semanas tendrá instalaciones provisionales para alojar a todos los que quieran ir. Y si son minoristas, que vengan a Tierra Prometida; pero ahí, en La Parada, no se quedan.
El mayor argumento de esos comerciantes es que ese espacio fue donado para ser un mercado mayorista y no un parque o área verde. ¿Qué dicen los documentos realmente?
Es cierto que esta donación, efectuada hace muchos años por la Sociedad Agrícola San Pablo a través de su representante Luis Cánepa, es entregada para la construcción de un mercado mayorista y uno minorista, pero también es cierto –y eso está en el acta de donación de registros públicos– que cuando la municipalidad acepta la donación, se indica que esta debe tener utilidad pública. Un parque es de interés público. Lo que no se puede hacer es privatizar esa zona. No es Susana Villarán la que se ve perjudicada por este juez, es la ciudad. Pero yo, como autoridad, tengo la obligación de mantener firme la decisión de no retornar al caos, la informalidad y la suciedad con que se comercializaban los alimentos. No quisiera pensar que hay una intencionalidad política detrás del fallo de este juez, espero que sea un juez que ha cometido un error...
Uno la escucha y pareciera que los tiempos la obligan a ser más firme...
Yo soy firme, siempre lo he sido. Claro que no siempre tienes que estar firme, hay momentos en los que tienes que estar dulce y tierna... (ríe). Pero estos momentos exigen una firmeza, una seguridad y la certidumbre que necesita tener la sociedad.

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